* Prefacio escrito por Julieta Dobles Yzaguirre para el libro-arte Por los sigNoS de los siglos Amén.
RAQUEL VILLARREAL NOS ofrece en este desconcertante libro una obra en tres planos: narración, prosa poética y dibujo al grafito sobre papel de banano, todo de su cosecha, todo irreverente, coloquial, con esa gota de humor, muchas veces negro, que adoba y aromatiza su palabra, y que la vuelve familiar, amena, chispeante, donde hasta la grafía de los textos es lúdica.
Aquí la parodia, la ironía y la paradoja instauran su reino, matizadas por el amor que la artista siente por sus raíces. A través del libro y sus ilustraciones originales y retadoras, desfilan los bisabuelos, abuelos, padres y tíos, pero sobre todo las mujeres de la familia, en una visión de género, muchas veces crítica, y las más, llena de ternura, sobre todo cuando se evoca a la madre, paradigma y símbolo de lo femenino.
Mediante los personajes, Raquel nos ofrece también trazos de costumbres, vocablos, anécdotas de tiempos idos, desde un marco ideológico muy contemporáneo, donde la reivindicación femenina, sutilmente presente, lo tiñe todo.
Los dolores, luchas, fracasos, éxitos, vicios y fortuna de una familia costarricense de raigambre campesina, toman la palabra y el trazo, se vuelven símbolos, y se arman de desparpajo y parodia, donde los símbolos religiosos, sobre todo el de la Virgen María y sus letanías adquieren nuevos significados. Como resume la misma autora “en este libro se ríe para no llorar”.
Julieta Dobles Yzaguirre
RAQUEL VILLARREAL NOS ofrece en este desconcertante libro una obra en tres planos: narración, prosa poética y dibujo al grafito sobre papel de banano, todo de su cosecha, todo irreverente, coloquial, con esa gota de humor, muchas veces negro, que adoba y aromatiza su palabra, y que la vuelve familiar, amena, chispeante, donde hasta la grafía de los textos es lúdica.
Aquí la parodia, la ironía y la paradoja instauran su reino, matizadas por el amor que la artista siente por sus raíces. A través del libro y sus ilustraciones originales y retadoras, desfilan los bisabuelos, abuelos, padres y tíos, pero sobre todo las mujeres de la familia, en una visión de género, muchas veces crítica, y las más, llena de ternura, sobre todo cuando se evoca a la madre, paradigma y símbolo de lo femenino.
Mediante los personajes, Raquel nos ofrece también trazos de costumbres, vocablos, anécdotas de tiempos idos, desde un marco ideológico muy contemporáneo, donde la reivindicación femenina, sutilmente presente, lo tiñe todo.
Los dolores, luchas, fracasos, éxitos, vicios y fortuna de una familia costarricense de raigambre campesina, toman la palabra y el trazo, se vuelven símbolos, y se arman de desparpajo y parodia, donde los símbolos religiosos, sobre todo el de la Virgen María y sus letanías adquieren nuevos significados. Como resume la misma autora “en este libro se ríe para no llorar”.
Julieta Dobles Yzaguirre
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