sábado, 20 de junio de 2009

.:: Respuesta al editor * ::.

* Argumentos para hacer evidentes algunas razones del ser del texto “Por los sigNoS de los siglos Amén”, y explicitar la irrenunciable necesidad de conservar sus características en una segunda edición.

CREADORA DE LA plástica, metida con la palabra y atravesada por la originalidad, busco el revés de la bolsa y la espalda del espejo. Académica construyo argumentos para entender, explicarme y explicar.

“Por los sigNoS de los siglos Amén” es una “obra original”, una totalidad construida con palabras, dibujos, diseño, juegos gráficos y tipográficos.
Es una propuesta que pretende deconstruir el universo patriarcal y, desde la mirada femenina de género construir situaciones y espacios donde las mujeres quepamos y tengamos derecho a nuestra identidad y presente para elegir y hacer nuestra vida y futuro, parte de la solución y del universo.
La diversidad campea en mi “obra” como conjunto. Los dibujos no pretenden ilustrar sino hablar con vos propia, parte del hilo negro que va formando las palabras, los signos y sentidos del tejido, del texto.
La importancia de los juegos tipográficos los dejo en las palabras de María Angélica León, estudiante de la Universidad de Costa Rica quien hizo, para un curso con la profesora Virginia Caamaño, un análisis del texto:

“… De tal manera que la literatura o en general el texto viene a tomar un papel vital por el “trabajo de desplazamiento que ejerce sobre la lengua “(Barthes, 1973:123); se convierte en algo así como el lugar donde se vislumbra permanentemente la revolución del lenguaje desde el lenguaje mismo, ese teatro donde la lengua consigue esquivar al poder “en la medida en que pone en escena al lenguaje –en lugar de simplemente, utilizarlo --, engrana el saber en la rueda de la reflexividad infinita: a través de la escritura, el saber reflexiona sin cesar sobre el saber según un discurso que ya no es epistemológico sino dramático.” (Barthes, 1973:125)

“El texto de Raquel Villarreal, desde ese espacio dramático (como texto literario) se incluye en esa revolución, pero va más allá gracias a la plena conciencia que parece plasmar su escritura sobre las reflexiones que hasta ahora se han expuesto en este apartado del lenguaje como “un a puertas cerradas” (Barthes, 1973:133) La transgresión del lenguaje de Villarreal se da desde su constitución misma, es decir, como sistema sígnico. El conjunto de signos y reglas que permiten la “comunicación”, ese consenso “necesario” para dar sentido a lo que varios signos juntos significan, se rompe en un juego maravilloso que altera su orden (una forma de leer y entender) y nos inserta en un Lugar Otro que en su des-orden le da nuevas posibilidades gramaticales y de sentido: frases y oraciones que dejan de estar sometidas a una única forma de leer y entender.”

“…las herramientas de las que se vale Villarreal para transgredir el lenguaje alterando sus signos son varias: usos de mayúsculas entre palabras, “errores” ortográficos, usos de diferentes tipos de letras (cursiva, negrita, contorno), subrayado de palabras, adjetivaciones, etc. Lo que tienen todas en común es que afectan directamente el sentido de la palabra que se escribe y muchas veces de las frases u oraciones en su totalidad. Lo interesante de este desplazamiento de sentido es que gran parte de las veces en que se ejemplifica es una invitación a la reflexión sobre el carácter opresivo del idioma español en tanto parte de un sistema patriarcal; es decir, lo que hace es invitar a la reflexión sobre el papel de la mujer reconstruyendo las palabras, frases u oraciones según sus consensos gramaticales y ortográficos y re-inventándolas desde la transposición de los signos.”…

Ej. “Casilda Montoya fue madre SOLterA” (Villarreal, 2005:26)
-Siguiendo las mayúsculas S-O-L-A”

Tomado de: Lenguaje, parodia y memoria como herramientas de transgresión en Por los sigNoS de los siglos Amén de Raquel Villarreal. Texto de María Angélica León para el curso de Virginia Caamaño. UCR. 2007

Estará Ud. de acuerdo en que mi obra “no responde” al “canon” literario actual, no podría hacerlo, porque el canon además de incluir fundamentalmente los escritos masculinos, suele usar únicamente palabras (la imagen cuando va, es ilustración). Yo, mujer, dibujante y escribidora, me comunico con imágenes, palabras y juegos que desacralizan al patriarcado al desacralizar el canon. Mi obra pretende, y creo que lo logra, adelantar opciones posibles con las nuevas tecnologías, planteamientos teóricos que son pan del presente y espero que realidades de un futuro no lejano.

El tamaño del libro responde a la necesidad de integrar los diversos elementos. Los textos que acompañan, “injertos” los llama Julia Kristeva, van haciendo acertijos, ríen y aportan a la deconstrución del lenguaje, cuyos imperiosos mandatos nos dan forma y atraviesan la médula misma del sentido. Son guiños, susurros, pellizcos; umbrales de otras posibilidades, zancadillas a la dictaDura de lo mismo.

Todas las partes son necesarias pues la rareza de la criatura es su fuerza. La historia por sí sola es interesante, pero existen tantos libros con historias interesantes. El uso del lenguaje y el estilo literario sostienen el asunto, pero de nuevo, hay muchos y hermosos escritos.

Textos que jueguen de este modo con estas variables no conozco y esa fortaleza reconocida por lectores y estudiosos no debe ser sacrificada. Y quien habla de fortaleza habla de debilidad. Faltan códigos para entenderla, está fuera de esquemas y concursos, es difícil su asunción y publicación.

Pero ni modo, madre de la criatura asumo dar las batallas para abrirle su espacio.

Me parece que el papel bond crema le permitiría conservar la calidez y amabilidad al ojo y al tacto que encantan al que lee, y que el tamaño sea el que permita integrar los juegos tipográficos, los injertos, los dibujos.

También deseo participarte del hecho de que un conjunto de mis dibujos será parte de la exposición a inaugurarse en octubre de este año (2008) en 964 Third Avenue 10 floor en Nueva York, con el lanzamiento, en aquellos andurriales, de la Galería 11-12.

Raquel Villarreal
Autora

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